El alquiler de un piso durante los periodos de vacaciones es una práctica muy popular en zonas turísticas, aunque cada vez son más los propietarios que, con independencia de la ubicación de su inmueble, ven en los alquileres vacacionales una rentable alternativa al alquiler de larga estancia.

El alquiler vacacional permite poner a disposición un apartamento durante un menor periodo de tiempo y, por lo general, suele reportar más ingresos y menores riesgos para el propietario; sin embargo, para evitar problemas es necesario formalizar el alquiler mediante un contrato de alquiler vacacional.

¿Qué normativa aplica para un contrato de alquiler turístico?

 

El alquiler de pisos turísticos se rige por la Ley de Arrendamiento Urbano; sin embargo, es interesante especificar que no existe una legislación a nivel nacional para regular los alquileres turísticos, sino que cada comunidad autónoma tiene un Real Decreto que establece el marco legal para el alquiler.

Además, muchos ayuntamientos establecen normativas locales que favorecen – o dificultan – el alquiler para uso vacacional.

Por ello, a la hora de redactar un contrato de piso turístico, hay que buscar información según la Comunidad Autónoma y la localidad en la que se encuentre el inmueble.

Cómo redactar contratos de alquiler vacacional

 

La mejor forma de evitar desagradables sorpresas es formalizar un contrato vacacional en el que queden recogidas de forma clara todas las condiciones que deben cumplirse para que el alquiler se pueda realizar con todas las garantías para ambas partes.

La redacción de un contrato de alquiler vacacional puede parecer complicada teniendo en cuenta las características propias de este tipo de alquileres y las distintas normativas que rigen según la comunidad en la que se encuentre el piso; sin embargo, es posible la redacción de un contrato que recoja derechos y obligaciones de huésped y anfitriones durante toda la estancia.

¿Qué debe contener un contrato turístico de alquiler?

Para que un contrato de alquiler ofrezca todas las garantías a las partes, y para evitar problemas, debe incluir estos cuatro aspectos principales:

Identificación del inmueble

El inmueble que es objeto del contrato debe identificarse de forma clara en la primera parte del documento. Por ello, se indicará de forma precisa su ubicación y también una descripción de este, incluyendo la superficie disponible y su distribución.

A la identificación del inmueble es recomendable incluir una lista detallada de todos los elementos que incluye la casa, que en alquileres turísticos suele estar equipada,  como pueden ser electrodomésticos, mobiliario, elementos de decoración, vajilla, cuberterías.

Es aconsejable, además, completar toda esta información con una indicación del estado del inmueble y de todos los elementos que en él se incluyen.

Identificación de las partes

 

La información personal de arrendador y arrendatarias deben incluirse en la primera parte del documento. Se debe identificar cada una de las partes indicando el nombre completo, un número de identificación personal y una dirección.

Se deberán además facilitar datos para que las partes puedan comunicarse, siendo la más habitual la inclusión de uno o varios números de teléfono, aunque también pueden incluirse direcciones de correo electrónico.

Cláusulas de alquiler

 

Las cláusulas de alquiler son la parte más importante para que el alquiler se produzca sin contratiempos, ya que son las que definen las condiciones en la que se producirá la cesión del inmueble para uso turístico.

La primera de ellas debe ser el periodo durante el cual el huésped podrá hacer uso de la vivienda. En un contrato vacacional no solo deben indicarse las fechas de entrada y salida, sino que es habitual establecer un horario de entrada y salida de la vivienda.

Se indicará el precio de arrendamiento y las condiciones de pago de este. En este tipo de contratos, es habitual hacer un pago por anticipado en forma de reserva y, además, pagar una fianza que se devolverá con la disolución del contrato. En el alquiler vacacional, es habitual que se incluyan gastos de agua, electricidad y gas; sin embargo, habrá que especificar si se deben abonar gastos complementarios, como pueden ser el impuesto turístico vigente en algunas ciudades o comunidades autónomas , o la limpieza final del apartamento.

La segunda establecerá las condiciones de entrega de llaves por parte del propietario, o de un tercero designado por este.

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La quinta indicará los términos y las condiciones en las que se podrá cancelar en contrato, indicando el periodo máximo para la cancelación y las penalizaciones que podría sufrir la parte que decida cancelar de forma unilateral.

La décimo cuarta indicará el número máximo de huéspedes aceptados en el inmueble y la posibilidad de acoger mascotas en la finca turística.

Por último, es recomendable incluir una cláusula con las obligaciones de los huéspedes, en concreto:

  • la prohibición de realizar obras o modificaciones permanentes durante la estancia o la obligación de responder por los daños
  • la prohibición de realizar actividades que puedan ser molestas para los vecinos o terceros y la obligación de respetar las áreas comunes de la comunidad de vecinos

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Dónde descargar un modelo de contrato de alquiler Vacacional

El contrato se concluye con la firma de las partes, que prueba y certifica que se ha leído el documento y que cada una de las partes están de acuerdo en su contenido.

Los alquileres turísticos suponen una interesante alternativa al alquiler clásico por largas temporadas; sin embargo, también pueden suponer más riesgos para el propietario, por ello es importante la redacción de un contrato que proteja los intereses de propietario e inquilino.